Uno de los principales factores que hay que tener en cuenta durante el transporte de vino es que no haya presencia de aire en el contenedor, ya que en caso contrario podría provocar su oxidación. Por lo tanto, el recinto tiene que estar totalmente sellado y sin espacios vacíos en su interior. Por otro lado, los cambios bruscos de temperatura, el frío, el calor y la humedad extrema pueden alterar sus propiedades y mermar su calidad dando paso a una posible refermentación, e incluso provocar una contaminación en el mismo. Para evitar todo esto y poder mantener sus cualidades durante su transporte, el vino deberá mantenerse a una temperatura adecuada con una variación mínima, con lo cual, disponer de la tecnología óptima para un control de la temperatura es esencial.
De este modo, previamente a su transporte, habrá que tomar las medidas adecuadas para que, de manera personalizada, se puedan identificar las necesidades que requiere la variedad del vino que se vaya a transportar, lo que también implicará elegir el tipo de contenedor adecuado (isotérmicos, refrigerados, etc.).
Por otro lado, otros factores a tener en cuenta en el transporte de vino son la legislación y la normativa vigentes de las distintas localizaciones que formarán parte del trayecto, lo cual requerirá conocerlas previamente, y estar al día de posibles modificaciones y nuevas incorporaciones. De este modo, se evitarán posibles retenciones de la mercancía en ciertos puntos que puedan ocasionar el retraso de la entrega, así como, por supuesto, evitar posibles multas como consecuencia de ello.
Los profesionales del mundo del vino bien saben que un buen posicionamiento de marca suele tardar años en construirse pero que podría perderse en cuestión de minutos por no haber previsto unas buenas condiciones en el transporte del vino. Ponte en contacto con nosotros para que te informemos de la mejor solución para el transporte óptimo de tu producto a granel.